El merengue de hoy al ritmo de la calle.

Mucho se ha escrito de que el merengue no ha podido competir en estos tiempos con la bachata o el reggaetón.

Cortando de plano la idea apegada a la evolución de un género que ha dado popularidad a los denominados mamberos.

No es más ni menos de lo que sucedió a finales de los 80 cuando surgieron aquellas contagiosas piezas musicales del fenómeno Cocoband, que revolucionó de manera impresionante la forma de hacer merengue.

Pero hoy el merengue de calle sin dudas ha sacado la cara, mientras muchos merengueros tradicionales duermen en sus laureles bajo las rentas de sus canciones del ayer y evocando a los cuatro vientos el poco apoyo que reciben de emisoras y de las disqueras.

Para muchos, como Ramón Orlando, el merengue de mambo y el tradicional son los dos lados de una misma moneda, y que cuando se habla de que el ritmo de la güira y la tambora no está pegao para él eso es falso.

“Actualmente el merengue está pegao, porque El Sujeto, Omega, El Cata y otros exponentes suenan en muchos lugares.

Lo que pasa que esa es otra versión del merengue, que no está bien orquestada como el tradicional”, sostiene el músico.

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