martes, 13 de enero de 2009

Dismorfia o belleza que mata

La dismorfia es un trastorno o enfermedad mental que deriva en obsesión por la perfección del cuerpo. Es una adicción a la belleza que causa la inseguridad y la baja autoestima. Un mal que tiene cura



Aislamiento. Una de las consecuencias de la dismorfia es la soledad.










El trastorno dismorfo-fóbico consiste en el rechazo total de un individuo a su apariencia física, todo esto basado en la tendencia de los últimos tiempos de querer ser físicamente perfecto, según explica el médico psiquiatra terapeuta Secundino Palacios.

Aunque no existen estadísticas mundiales con respecto a quienes son más susceptibles de padecer este trastorno, en Estados Unidos se estima que mayormente afecta a mujeres, sobre todo, adolescentes.

“Esta obsesión provoca que las personas vayan al cirujano, tratando de perfeccionar cada vez más determinadas partes del cuerpo”, dice el especialista.

El grave problema de este mal es que el dismorfo-fóbico nunca se siente satisfecho con los resultados, llegando a convertirse en un adicto a las cirugías.

“Este trastorno no hace distinción, puesto que puede afectar tanto a los hombres como a las mujeres”, señala.

Para reconocer a una persona con dismorfia, debe observarse su actitud. Las principales víctimas de este trastorno son los jóvenes, aunque muchas mujeres y hombres llegan a mostrar conductas que evidencian que están padeciendo este mal. Es precismente en la adolescencia cuando este problema comienza a manifestarse.

Las víctimas con el desorden de dismorfia sufren altos niveles de estrés crónico, porque centran su atención en el perfeccionamiento físico.
Los síntomas pueden confundirse, y llegar a creer que de lo que se trata es de una persona vanidosa.
Pero, inconscientemente, quienes mantienen una obsesión con su imagen física se encuentran enredados en una situación mental calamitosa que puede llegar a afectar tanto su entorno social como sus relaciones laborales.

Detectar a personas con dismorfia
Usted puede darse cuenta de que se encuentra frente a alguien que posee este trastorno si la persona permanece mirándose constantemente al espejo para detectar algún defecto corporal.
Para estas personas el espejo es su mejor aliado. Por eso se mantienen observándose y tocándose detalladamente, tratando de encontrar defectos físicos en determinadas zonas del cuerpo, como: nariz, ojos y boca, busto, las piernas, rodillas y glúteos; mientras que en los hombres, las partes en las que se enfocan son los abdominales, rostro, espalda y hombros.
Dicho problema comienza a hacerse presente en etapas de la adolescencia y, de no ser tratado, se refuerza con el paso del tiempo.
Fuente:Elcaribecdn.com.do

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