
Tal y como explica Rachel Copelan en su manual "Cómo mejorar tu vida sexual", los grandes amantes son apasionadamente curiosos, por lo que si uno quiere convertirse en un gran amante no tiene que tener miedo de experimentar, de arriesgarse. La cuestión es ser diferente.
Recrear la primera cita
Revivir el primer encuentro puede ser muy excitante, sentir la emoción del principio puede reavivar llamas quizás extinguidas con el tiempo. Vístete de forma similar a la de aquel día y queda con él en el mismo lugar. Flirtea, juega a conquistarle, pero intenta mantener la tensión hasta llegar a la cama.
Saca tu lado infantil
Recupera la espontaneidad y curiosidad de los niños. Podéis intercambiar recuerdos de amores de la infancia y descubrir un lado tierno que posiblemente nunca habéis expresado. Pregúntale: ¿cómo fue tu primer beso? ¿Y tu primera vez?

Jugar a los médicos
Ya que estáis metidos en materia infantil, ¿por qué no recuperáis el clásico juego de médico-paciente? Esta vez podéis ponerle una nota picante, y que el médico tenga utensilios de verdad, sólo que en lugar de ser quirúrgicos pueden ser juguetes sexuales.
Fiesta privada
En esta fiesta, los invitados no son bienvenidos, es una celebración sólo para dos. Podéis haceros regalos "picantes" como vibradores o juegos de mesa eróticos. ¿Y qué es una fiesta sin tarta? Además de soplar las velas juntos y pedir un deseo, no tenéis porque utilizar los platos y las cucharillas para comer...

Hacer el amor en la cocina
Preparad una cena especial y mientras se cocina...¡imagina la temperatura que puedes alcanzar! Si añades espcias no sólo estarás condimentando el menú, sino también el sexo. Prueba nuevos ingredientes: un par de besos en el cuello, un toquecillo en las nalgas, una caricia en el pecho, una copa de vino...

Mirarse fijamente
Parece una tontería, pero sólo con la mirada se pueden decir muchas cosas y acercarse sexualmente. Es un gesto que tiene un efecto especial cuando estáis fuera de casa tomando una copa. Mira fijamente hacia el interior de los ojos de tu pareja, los ojos suelen decir lo que los labios esconden. ¿No suena sexy?
Escribe cartas de amor
Las notas colocadas en lugares singulares de la casa denotarán el fluido erótico cuando estéis separados. Puedes ponerlas en su coche, su cartera... Cualquier cosa que se te pase por la cabeza y no te atrevas a decir en voz alta, ¡escríbela!

Ríete de tus defectos
Confesar tu peor defecto en un tono divertido puede durrumbar barreras y construir un puente de confianza entre ambos. El hecho de compartir tu pequeño secreto le acercará a ti y además te verá más cercana a la perfección.
Juega a seguir al líder
Los jugadores se alternan a la hora de la estimulación sexual. Uno de los dos toca y el otro repite. Las posibilidades de este juego son ilimitadas, podéis inventar besos, caricias, palabras... Crearéis una complicidad única.
Matrimonio de antaño
Si os va lo de disfrazaros, podéis representar una escena típica de un matrimonio pasado de moda. Piensa en tus abuelos, en el papel despótico del hombre y la sumisión de la mujer. Él tiene permiso para comportarse como un macho exigente y ella como una mujer débil y dependiente.

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