Las caricias sutiles (pero intencionadas) y los besos en sus zonas erógenas son las técnicas sesxuales preferidas por los hombres, a parte del sexo propiamente dicho, claro está.
Si quieres que caiga rendido a tus pies, lo primero es convencerte de que puedes hacerlo. Estar segura de ti misma y sentirte sexy son dos ingredientes clave para que él no pueda resistirse a tus encantos. Una vez puestos en materia, ataca directamente sus puntos débiles. ¿Quieres saber cuáles son? Empieza la clase de anatomía.
Susurros sensuales
En los momentos de pura pasión, el lenguaje corporal lo dice todo, sin embargo, un susurro muy cerca del oído o las palabras 'picantes' son capaces de derretir a cualquiera. No te cortes y adelántale lo que vas a hacerle, muy bajito.
Besos infalibles
Cuando la pasión femenina se desata en una ataque de besos, no importa el momento ni la zona. Lo que cuenta es dejarse llevar por el placer.
Sin ropa interior...¡ups!
Conviértete en una seductora al estilo de Sharon Stone en "Instinto básico" y hazle un cruce de piernas muy erótico. No podrá resistir la tentación de tocarte.
Aroma seductor
En el sexo, es importante aprender a estimular todos los sentidos. Uno de los más olvidados es el olfato, para preparar el ambiente puedes colocar inciensos o esencias en la estancia. Por lo que respecta al aroma personal, algunos hombres prefieren el olor natural de la piel al de los perfumes, ¡tenlo en cuenta!
Noche de cine X
Aunque estamos en plena revolución sexual, las mujeres aún no hemos encontrado nuestro sitio como consumidoras de cine porno. Algunas directoras noveles se han lanzado a hacer películas dirigidas la público femenino, que prefiere el erotismo al sexo esplícito. Atrévete a iniciarte en el cine porno con tu pareja. Podéis tomar ideas para ponerlas en práctica en la intimidad.
Besos de vampiresa
La zona del cuello es intensamente erótica. Los besos sutiles aumentarán la pasión y le darán pistas para que se lance.
Se mira pero no se toca
Empieza a acariciar su torso antes de que se quite la ropa, verás como no hace nada para impedírtelo. Si alargas tus caricias hasta el final de su espalda le harás alcanzar altas cotas de placer.
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