Causa. No decir lo que pensamos nos aísla en lugar de resolver el problema
Aunque a muchos les parezca lo contrario, cada vez que decimos una mentira estamos incrementando nuestro nivel de estrés y fatiga. No decir lo que realmente pensamos a nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo nos aísla en lugar de resolver un problema. Frente a esta actitud tan común, un psicoterapeuta norteamericano propone, en un libro de autoayuda, disciplinarse en el ejercicio de la verdad como método de liberación.
El estrés y la fatiga no proceden de nuestro entorno, como muchos erróneamente habían pensado. Es consecuencia de una especie de jaula mental que nos creamos a veces por culpa de la perversa costumbre de mentir. Cuando no decimos realmente lo que pensamos a nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo, estamos dando una vuelta a la llave de esa jaula psíquica en la que estamos inconscientemente encerrados.
Frente a esta actitud tan común de la mayor parte del género humano, el psicoterapeuta estadounidense Brad Blanton propugna en “Radical Honesty” (“Honestidad radical”), un libro de autoayuda que puede calificarse de “no amable” y que ha tenido gran éxito hasta la fecha, un retorno a la disciplina en el ejercicio de la verdad, la misma que han inspirado los tratados de los filósofos más preclaros, desde Platón a Nietzsche, en los dos últimos milenios y que nos conducirá a la liberación interior.
“Pues amarga la verdad,/ quiero echarla de la boca! Y si al alma su hiel toca,/ esconderla es necedad”, decía Francisco de Quevedo (1580-1645) en una de sus poesías satíricas.
0 comentarios:
Publicar un comentario