Si fuiste tú quien tomó la decisión de separarse, el proceso no resulta menos doloroso y debes enfrentar un sin número de desafíos, más allá de los motivos que te llevaron a disolver el vínculo.
Toda separación reviste un desgaste emocional muy grande que, muchas veces, no se toma en cuenta. Se trata de un luto para ambos integrantes de la pareja, independiente de quién tomó la decisión. Para aquellos que lo ven desde afuera, puede ser algo fácil porque 'se acabó el amor'. Sin embargo, el proceso vivido es tan fuerte como un duelo, según explican psiquiatras y psicólogos.
'Puede ser que bajo circunstancias extremas (como violencia), quien tome la decisión de separarse se sienta ‘aliviado’ al deshacer el vínculo. Sin embargo, el lazo permanece en el tiempo, porque es parte de la historia en conjunto. No se puede borrar, sólo es posible aprender a vivir lejos de la ex pareja. Por ende, los dolores estarán presentes en ambas partes y puede que, de acuerdo a las características de cada persona, uno sufra menos que otro. Pero, por lo general, quien rompe también siente culpa por haber desintegrado la relación', explica la psicóloga Mabel Galvez.
El luto es parte del proceso y se puede extender por un período de entre seis meses y un año y medio. Comienza entonces una nueva etapa, la de rehacer la vida social. Probablemente, los amigos ya no serán los mismos, los intereses tampoco y deberán redescubrirse en el contexto social.
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