martes, 17 de febrero de 2009

Soy la Otra o el Otro....

Has conocido a un hombre/mujer fantástico, se entienden perfectamente, se divierten, pasan maravillosos ratos juntos y han iniciado una romántica y apasionada aventura. Todo es perfecto, pero, al final... ¡Te ha confesado que ya está casado y comprometido! Tú eres la otra, la amante, la querida... Tres son multitud. Lo dice el refrán y, en la mayoría de ocasiones, en lo que se refiere a las relaciones personales, lo confirma la práctica.

Cuando él/ella ha sido siempre honesto:

Es posible que hayas iniciado una relación amorosa con un hombre casado conociendo ya sus compromisos. Él no los ha ocultado jamás ni te ha prometido en ninguna ocasión abandonar su estatus actual por ti. Aunque parezca contradictorio se trata de una relación sincera. Cuando la iniciaste ya sabías cuáles podían ser tus expectativas. Nadie te dijo que pudiera ser una aventura con futuro. En estos casos, tienes escasas posibilidades de reproches y recriminaciones. Claro que, si la historia no te satisface puedes romperla en cuanto quieras.

Pero y si... ¡Te ha prometido tantas veces que ibas a ser la única/o ! ¡Tantas veces le has creído! Y... ¡tantas veces te ha engañado! La mayoría de mujeres que soportan la infidelidad y el engaño constante de sus parejas tienen un acusado déficit de autoestima. Quizá sienten que éste va a ser el único hombre que las puede amar o que ésta es el único tipo de amor que pueden vivir. No es cierto.

  • Valora con sensatez el tipo de relación que tienes: ¿es lo que realmente deseas? Si la respuesta es afirmativa, los problemas pueden ser mínimos. Pero, quizá desees un vínculo mutuo que te afecte a ti y a tu pareja únicamente. Sin una tercera persona.
  • Exige siempre sinceridad, por lo menos contigo. Pídele que no te engañe, que no te genere falsas esperanzas, que no sea falso con sus sentimientos... Debes mostrarte fuerte y contundente.
  • No te engañes: en una relación a tres bandas suele haber pérdidas. Sobre todo, cuando tú has sido la última en llegar y cuando el mínimo compromiso está entre tú y él.
  • Al principio de la aventura, es más fácil cortar la relación. Hay menos sentimientos en juego, quizá únicamente han intervenido la pasión y el deseo. Si dejas pasar el tiempo, los sentimientos brotan con muchísima facilidad, aparece el cariño y el amor, y entonces es más difícil cortar el vínculo.
  • Si no deseas mantener una relación inestable, apoyada en las mentiras y en los engaños, aléjate de ella cuanto antes. Sin concesiones.
  • Valora tu autonomía. Tu pareja te obliga a estar pendiente no sólo de él, sino de una tercera persona... Hoy no puede verte, porque ha quedado con ella... No pueden salir juntos a sitios públicos por si alguien los descubre... No puedes llamarle a casa ni al trabajo...
  • Pero jamás te sientas culpable. El compromiso lo ha roto él. Él es quien ha prometido ser fiel y acompañar permanentemente a otra persona. Y él ha sido quien ha quebrado la promesa. El engaño lo protagoniza él. No dejes que nadie te cargue con la culpa.

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