
En la búsqueda por el placer más intenso, nos encontramos con los hermanos pequeños (o no tanto) del mítico punto G. Alguien, entregándose por completo a la estimulación sexual, se dió cuenta de que además del G, existen otros puntos que hacen que la mujer alcance el éxitasis.
La aceleración sexual de las féminas no es la misma que la de los hombres, por lo que conocer técnicas y zonas de estimulación se convierte en una estrategia infalible para tocar el cénit.
El punto G fue el primero en describirse como la zona de mayor excitación para la mujer. Situado en la pared interior de la vagina, este rincón del placer está muy bien documentado a estas alturas. Sin embargo, parece que un sólo punto nos sabe a poco y en los últimos años, las zonas erógenas de la mujer han despertado al curiosidad de muchos y muchas.
A mediados de los noventa se descubrió la existencia de otras coordenadas de alto voltaje: el punto A. Éste se ubica en la misma zona que el punto G pero adentrándose un poco más en la vagina, con dirección al cuello uterino y en la pared posterior de aquella.
El punto A es mejor estimularlo con los dedos muy bien lubricados, antes que con el pene.

Dando un salto en el abecedario, llegamos al punto U, situado en la zona inferior al clítoris, cerca de la entrada de la vagina. Para localizarlo, se deben separar los labios mayores fijándose en la parte de alrededor de la uretra.
El punto U también se estimula manualmente, ejerciendo presión intensa y directa sobre esa zona. Contrariamente a lo que sucede con el resto de puntos, la mujer no puede alcanzar el orgasmo con la única estimulación del punto U. Lo recomendado es combinarlo con las caricias en el clítoris y la penetración.

Recientemente, se habla de un cuarto rincón de placer en el cuerpo de la mujer: el punto K. Está situado en el fondo de la vagina, casi llegando al útero.
Pero, la técnica de estimulación no está tan clara como su ubicación. Al parecer, adentrarse en esta misión es bastante complicado...

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